Por: Sergio Aceves B y Gerardo Hiriart L

Prácticamente todos los países de la tierra muestran hoy sus avances en instalación de plantas solares y eólicas, para abatir las emisiones de CO2. Los gigantes tecnológicos aportan a diario innovaciones que abaratan sus costos y que resuelven problemas de oscilaciones e intermitencias mediante sistemas de almacenamiento. De la geotermia poco se habla por una razón muy sencilla; son muy pocos los países en el mundo que tienen este recurso y poco se invierte en él por razones de tamaño del mercado.

Para que haya geotermia se requieren fuentes de calor subterráneas, generalmente magma de los volcanes, para que se calienten durante miles de años los acuíferos naturales desde donde, mediante pozos profundos, se pueda extraer agua a muy alta temperatura y presión, para mover turbinas y generar electricidad. Actualmente somos poco más de una docena de países en el mundo que hemos desarrollado esta tecnología.

México, a finales del siglo pasado decidió apostarle a esta tecnología preparando gente a todos los niveles, desde el operador de pozos de alta temperatura, ingenieros de diseño y científicos de alto nivel. Adaptó los equipos de perforación de Pemex para tareas tan particulares y entrenó gente y desarrolló tecnología. La geotermia llegó a más de la mitad de toda la energía eléctrica del sistema de Tijuana-Mexicali con la Central de Cerro Prieto, la segunda más grande del mundo. En el centro del país se exploraron y desarrollaron grandes campos como Los Azufres en Michoacán y Los Humeros en Puebla. México llegó a ser el tercer productor mundial de energía geotérmica siendo autosuficiente en tecnología y suministros en perforación de pozos y construcción de las centrales.

La geotermia es una energía firme que suministra energía eléctrica de manera constante cada hora del día todos los días del año. No está sujeta a cambios climáticos ni a precios variables de los combustibles. Es una fuente de energía cien por ciento nacional que aprovecha mano de obra calificada formada durante años y cadenas de suministros en perforación y fabricación de accesorios de las Centrales, incluyendo las turbinas. Es una energía limpia que aporta capacidad al sistema eléctrico nacional y otras características tan valiosas como regulación de frecuencia y control de carga.

Largos años de exploración de casi todo el territorio nacional, llevaron a la Secretaría de Energía a elaborar planos de disponibilidad de este recurso y a promover su exploración de detalle asignando permisos a CFE y a desarrolladores privados. Para asignar las parcelas, se le dió prioridad a CFE la cual seleccionó los 13 mejores prospectos quedando registrados de manera exclusiva a su nombre. Además otorgó permisos a privados para explorar otras 14 áreas.

En este momento se puede concluir con bastante seguridad que se pueden instalar mil MW de nueva generación en la zona noroeste del país donde los vecinos de California, con la misma geología, ya han desarrollado una cantidad similar y van por triplicarla con el Plan Biden. Otros mil MW son totalmente viables en la franja volcánica del país donde se han consolidado exploraciones con pozos profundos.

La geotermia, a diferencia de la solar y eólica, requiere de un esfuerzo adicional para ratificar el potencial exacto. Mediante mediciones químicas de los manantiales y de la geofísica del subsuelo se puede tener una idea del potencial del fluido caliente que hay bajo el suelo pero este sólo se logra comprobar a cabalidad cuando se ha perforado un pozo profundo, generalmente de unos dos mil metros. Luego al hacer fluir los pozos que se perforen se va obteniendo certeza de los parámetros para diseñar la central. Afortunadamente con ese gran esfuerzo de formación de especialistas y equipamiento de laboratorios que impulsó las CFE y algunas universidades, hacen que el país se pueda considera como netamente geotérmico a nivel mundial.

Le geotermia es un poco más cara que la solar y la eólica si se compara el kWh de ambas, a las horas en que hay sol y hay viento, sin embargo, al compararlos durante las 24 horas del día, las ventajas se invierten. En una planta geotérmica, el costo es la mitad la Central y la mitad los pozos. Actualmente se han logrado importantes desarrollos tecnológicos que abaratan estas instalaciones y, más importante, que le han dado mayor certeza al éxito de las perforaciones.

Cuando atendemos el llamado que nos hacen las autoridades a buscar la independencia energética del país aprovechando sus recursos naturales y la preparación y talento de especialistas mexicanos, parece lógico atender esta tecnología que se ha logrado desarrollar a lo largo de muchos años, con ciencia, tecnología, mucha experiencia y verdadera vocación por el tema de un gran grupo, muchos de ellos activos en CFE y otro tanto, ya jubilados de la cuna Cefeísta actuando en el ámbito privado.

Desgraciadamente la pandemia paralizó muchas de las actividades y permisos en el ámbito de la energía. Al reabrirse con las luces verdes del semáforo epidemiológico, consideramos oportuno reflexionar sobre esta tecnología limpia, constante y renovable, pero sobre todo muy mexicana para incorporarla como una energía distribuida en Centrales de mediano tamaño, unos 20 MW cada una, que le dan resiliencia al sistema eléctrico nacional.

Como complemento al desarrollo de la geotermia que inyecta energía a la red, es indispensable considerar esas decenas de pequeños campos geotérmicos aislados, muchos a lo largo de la Península de Baja California y Noroeste del país, donde plantas pequeñas que van desde los 5 kW hasta los 5 MW pueden aportan energía a zonas aisladas de la red nacional con un enorme beneficio social. Finalmente, resaltamos que el potencial de México para aportar a muchos poblados, grandes y pequeños, aire acondicionado y calor geotérmico para aplicaciones industriales es inmenso.

Comité de Energía del Colegio de Ingenieros Civiles de México.

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